Las primeras procesiones que vivi aquí, eran patéticas, mal organizadas, trajes vetustos y deslucidos, túnicas a media pierna de las que asomaban vaqueros y deportivas blancas, los costaleros que se detenian y levantaban las faldas al paso e impúdicamente, dejando las faldas remangadas mientras se pasaban la bota de vino.
Poco a poco la Pascua oscense ha ido encontrando su lugar.
Durante un tiempo las bandas militares de música hicieron furor, incluso se organizaron Certamenes internacionales.
Tambores y trompetas sonaban a todas horas, el machaque empezaba con los ensayos, apenas acabada la Navidad.
Hacían la Pascua debajo de mi ventana ¡desde las nueve de la mañana! (aborrezco particularmente el sonido del tambor cuando ejerce en solitario y fuera del contexto guerrero de siglos anteriores al XIX).
¡ In - so - por - ta - ble !.
Afortunadamente para mi, la Asociación que gestionaba estos eventos pinchó, tras la efervescencia las superficies alcanzan un nivel estable.
De poco acá, las Cofradías se han puesto de moda, los tamborileros sobrevivientes al derrumbe de las Bandas, se fueron situando en las distintas Cofradías.
Alguién, desconozco quién, se ha ocupado de que las túnicas se alarguen, el calzado "no cante", los costaleros procesionen con la solemnidad, o al menos, con el respeto debido, ha adecentado a las Sibilas, las Siete Palabras o a Herodes y de que las músicas no se superpongan.
Personalmente, respeto estos actos, asumo su influencia en nuestra cultura, costumbres y educación, admiro el arte de los Pasos e incluso la fe ajena que no comparto, así que, para agnosticos/ ateos/ descreidos y/o curiosos recomiendo ir a ver la procesión de Viernes Santo al bar "El Peñista"
El establecimiento situado en un enclave estratégico, está en la cuesta que desemboca en la Catedral, cuenta con un local amplio, disponen de tapas y bocadillos.
Los parroquianos del "Peñista" no cantan Saetas, sino que jalean a los esforzados costaleros.
El dueño del bar, con muy buen criterio, tiene la tele sintonizada con la emisora local que transmite en semidirecto (con pelin de desfase). ¡De lo más Kitch!
El público abarrota el local y las cervezas corren como el agua.
Finalizada la procesión, para "echar un bocao", se puede recalar en la Asociación de Vecinos: poca luz, tortilla, ensalada y longaniza frita suele ser la oferta.
Cada año. unos u otros, introducen una novedad, este año, creo que el barrio de San Lorenzo, interpretando la Pasión "a su manera", como Frank, va a cantar jotas a modo de saetas
Mi tesis sobre la originalidad oscense es practicamente indiscutible ¿yes or not?.

No hay comentarios:
Publicar un comentario